Ojalá todos pudiéramos ir más despacio

 

La lentitud nunca ha sido mi gran amiga.  Cuando estudiaba en el instituto, me acuerdo de unos compañeros míos que me ponían de los nervios a la hora de moverse o actuar con tanta calma.

Desde entonces ha pasado mucho tiempo y también los tiempos han cambiado bastante. Y yo también.

Todo va más rápido, siempre tenemos prisa, queremos hacerlo todo más rápido, que los pedidos lleguen antes, que lleguemos antes a cualquier lugar, que el ordenador se enciende antes, etc.

¿Pero tanta prisa por qué?

Muchos de nosotros ya se están dando cuenta de la locura de la prisa en la que estamos sometidos y algunos ya han empezado cambiar la prisa por la lentitud. No se trata de hacer las cosas siempre despacio, cuando se necesita acelerar se hace, pero que no sea la regla de que todo hay que hacer de prisa. Seguro que has oído o dicho un montón de veces las frases tipo:

!Venga va¡ !Date prisa¡, porque si no …….. si no, ¿qué pasaría?

La verdad es que hay muchas áreas en las que podemos empezar a aplicar ¨la lentitud¨ desde ya. No es tan imposible como puede parecer, pero como con todo, tú eliges si quieres ir por este camino o el otro.

Ahora te invito que leas y quizás elijas alguna de las siguientes propuestas de empezar con el movimiento lento (slow movement).

Slow food = la comida lenta

quizás la área más conocida de todo el movimiento lento.

¿De qué se trata?

• De comer más despacio y poder disfrutar de todos los aromas y texturas de los alimentos que ingieres.  Quizás no puedes sentarte 3x al día a la mesa con tanta calma, pero 3x a la semana seguro que sí.  Saborea todo lo que tienes en tu plato sin mirar el reloj y disfruta.
• De preparar la comida con calma, utilizando los ingredientes que no han tenido que recorrer todo el planeta. Utilizar los alimentos de temporada y locales. Y cocinar sin prisa, con buen humor y mucho amor. No te olvides que todo lo que sientes tú mientras cocinas, luego se lo comerán tus invitados. Así que, ! OJO ¡, hay mucho poder en preparar la comida.

Movimiento lento

aquí entraría el yoga (si se practica de manera consciente), el Chi kung, …. .

Se puede entrenar todo el cuerpo aunque los movimientos sean lentos y encima estás entrenando tu mente, dándole la oportunidad que se calme.

Escuchar de verdad a tus amigos, compañeros, amigos, hijos.

No es lo mismo oír que tomarse el tiempo a escuchar a una persona con todo tu corazón. Escuchar de verdad puede ser un acto terapeútico. Muchas veces no queremos que alguien resuelva nuestros problemas, sino que  simplemente queremos compartir lo que nos está pasando con otra persona. Sentirse escuchado, atendido. Nada más. Y lo único que se necesita, es el tiempo.

El sexo lento

Ir profundizando de manera lenta en la relación más íntima puede ser mágica. Crear un espacio armonioso donde dos almas se encuentran es muy importante, tomarse el tiempo a preparar el cuerpo físico y mental para este encuentro es esencial. Un masaje relajante, la mirada en los ojos y el sentir con toda tu piel la otra persona es realmente una experiencia inolvidable, si no hay prisa y ninguna presión por ninguna parte.

Hay tantas áreas en las que nos hace falta ir más despacio, he mencionado solo algunas.

Pero si quieres profundizar, no te hace falta nada más que probar hacer cualquier actividad de tu vida de manera más lenta. Nada más. Y si te apetece leer sobre este tema, te recomiendo el libro de Carl Honoré: Elogio de la lentitud. Yo la disfruté muchísimo, y como no, la estuve leyendo muy despacio.

Yo en mis clases siempre te invitaré a observar, a sentir y a bajar el ritmo,

ir más despacio y escucharte.